La banda sonora de su vida
15969
post-template-default,single,single-post,postid-15969,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-theme-ver-9.1.3,wpb-js-composer js-comp-ver-4.11.2.1,vc_responsive,elementor-default

30 Sep La banda sonora de su vida

Una vez E se imaginó toda una vida con M.

Fue un domingo.

Un domingo por la tarde.

Iban a salir y E estaba en el salón del piso de M mientras él se duchaba. Estaba mirando no se qué en el ordenador, ahora ya no lo recuerda aunque seguro que en su momento le pareció importante. Sin embargo, cuando M salió de la ducha y se fue a su habitación a «ponerse guapo» como le gusta decir a E.

Puso en marcha su Ipod en el soporte y la música de Dire Straits comenzó a inundar la casa.

Al día siguiente E supo que la canción se llamaba Wild Theme. Supuso que después de ver La Princesa Prometida esa tarde, a M se le había antojado oir los mágicos dedos de Mark Knopfler.

E cerró los ojos y disfrutó de la tranquilidad que se respiraba en el ambiente. Y fue en ese momento. Justo en ese momento cuando pensó que quería eso, que solo necesitaba eso para ser feliz.

Ella y él, y Mark Knopfler inundando su hogar.

Se imaginó sus primeras tardes cuando vivieran juntos, todas las nuevas experiencias que eso traería, se imaginó otro domingo (de invierno porque esta clase de escenas quedan muy bien si es invierno y hay frío fuera y calidez en el interior y E siempre ha sido muy peliculera), en un futuro, con los dos tumbados en el sofá, trabajando con un portátil o leyendo, y uno o dos perros tumbados en el suelo tranquilamente, con Dire Straits sonando.

Se imaginó a M, en medio del que sería su salón en un futuro aún más lejano, con un bebé dormido en sus brazos, contra su pecho, moviendose tranquilamente al ritmo de la guitarra, con los ojos cerrados, absorbiendo el momento y E mirándoles embelesada desde el marco de la puerta, porque en ese salón, estarían las dos cosas que más quiere en el mundo.

Fue como si le hubieran hecho una foto con flash, duró apenas unos segundos, y cuando decidió levantarse del sofá la canción había cambiado.

E entró en la habitación de M, que estaba de pie mirando algo en el móvil. Llevaba puestos los vaqueros (los que más le gustan a ella) y la camiseta que le regaló el año anterior.

M la miró y E le alcanzó y le abrazó. Muy fuerte. Aspiró su aroma, el gel de la ducha, el suavizante de la ropa y su olor. Susurró un te quiero y notó como M la rodeaba con los brazos.

– ¿Cómo se llama la canción?

Brothers in arms.

Y ahí, en ese momento, a pesar de haber estado unos días echa polvo, E es feliz.

Tags:
2 Comments
  • Acid Rain
    Posted at 19:16h, 01 diciembre Responder

    Perdón por no leerte, debería pegarme por ello, pero vengo desesperadamente a buscar consuelo.
    ME VOY A VOLVER LOCA.
    Necesito Avenged Sevenfold, ¡Eileen estoy obsesionada!
    Estoy deprimida, no me importa nada ;_;
    LOS NECESITOOOOOO

  • Juan Carlos Galan
    Posted at 08:01h, 18 enero Responder

    Hola Elena:
    Acabo de llegar a tu blog. Me gusta. el relato en el que incluyes el tema de los Dire Strait; aunque me hubiera gustado más si la canción en you tube se hubiese abierto en otra pestaña para así poder seguir leyendo tu blog al tiempo que la escuchaba.
    Voy a seguirte para así leer más relatos y reseñas como las que hoy te he leído.
    Saludos

Post A Comment