26 Mar Las palabras me ahogan

– Qué extraño, ¿verdad?

– No te entiendo, no sé para que querías verme, estabas rara cuando he hablado contigo por teléfono.

– Bueno… digamos que era hora de mantener esa conversación que me comía las entrañas desde hace meses.

– Pues tú dirás.

– ¿Por dónde podría empezar? Hace tanto que llevo guardándome todo lo que pienso acerca de ti y de mí, y de nuestra relación que siento que nunca podré decirte todo lo que ha pasado por mi cabeza a lo largo de estos últimos meses.
¿Tú me quieres? ¿Significo algo para ti? Porque hace tiempo que siento que no soy más que una de las chicas que han pasado por tú vida, que fui importante hace tiempo, pero que ahora no paso de ser una mera conocida con la que quedas de vez en cuando para cenar o ver una película con tus amigos, pero que tampoco te importa si voy o no voy.
Siento que no me conoces, que no soy ni una mínima parte de aquello que llegaste a conocer de mí, que he cambiado y tú no te has dado ni cuenta, pero lo que más me duele es que tampoco te importa. Te paseas por mi vida dedicándome sonrisas por educación o por lo que un día fuimos, pero no porque las sientas de verdad. Aún hay personas importantes para mí que me dicen que está todo en mi cabeza, que me sigues queriendo, pero tú y yo sabemos que ni me quieres, ni me aprecias y que te da exactamente igual que esté o no esté porque ya tienes lo que quieres. Tienes amigas especiales por las que darías tu vida, cancelarías viajes o gastarías fortunas. Incluso sigue estando en tu corazón la que un día -en el que yo creía que las cosas podrían seguir funcionando todavía-  dijiste que ya no te importaba y ahora veo que a ella le haces más caso que a mí.
Creo que no has sido capaz de perdonarme por lo que una vez te hice y en vez de mandarme a tomar por saco decidiste quedarte a mi lado, para poder hacerme daño poco a poco, aunque puede que ni te des cuenta. Cada comentario, cada sonrisa, cada gesto de complicidad que ya no me dedicas me quema, me acuchilla, me mata por dentro mientras intento que no se me note aunque los ojos se me llenen de lágrimas.
Porque me humillas, te ríes de mí, te burlas, no me comprendes, te divierte reírte con otras de mis gustos ¿Crees que eso lo hace alguien más? ¿Crees que eso lo hacen cuando tú no estás? No, cuando tú no estas me respetan, no se burlan de mí, incluso escuchan lo que tengo que decir, pero tú las eclipsas, las encantas, las quieres… ¿Por qué a mi no eres capaz de quererme como las quieres a ellas?
Ya estoy cansada… cansada de amargarme, de deprimirme, de llorar hasta empapar la almohada, estoy cansada de no ser capaz de ser 100% yo misma cuando estoy contigo, porque cuando estoy contigo sólo quiero agradarte, estoy harta de cambiar mis planes para que estés a gusto pero que tú nunca seas capaz de apreciarlo, estoy cansada de equivocarme, de que cada paso que doy sea otro error para ti. Ni siquiera has notado que lo mal que estoy, lo poco que sonrío ahora, porque ya no tienes ojos para mí.
Sé que no voy a ser capaz de sacarte de mi vida, pero tenía que decirlo, tenía que vaciar el vaso que hace tiempo que se desborda ahogándome.